TRES PROYECTOS DAN UN NUEVO IMPULSO A LA IMPRESIÓN 3D DE ALIMENTOS
La
impresión 3D o la fabricación aditiva alimentaria está recibiendo un importante impulso bien para la creación de
comida sustitutiva de la carne tanto por la escasez de recursos naturales como
por principios éticos; bien para el enriquecimiento de los alimentos ya
existentes o para el aprovechamiento de descartes hasta ahora sin utilidad
comercial.
La ciudad de Barcelona
es el lugar donde el investigador italiano Giuseppe Scionti ha creado una
alternativa a la carne que imprime en 3D.
Aunque este
proyecto surgió en la ciudad catalana por casualidad y se mantendrá allí por convicción, según ha informado El periódico el País.
Esta
alternativa a la carne se compone de ingredientes vegetales, pero imita la
textura real, el factor más difícil de conseguir.
Su
creador Giuseppe Scionti, nacido en Milán hace 31 años, experto en biomedicina e ingeniería de
tejidos, ha pasado tres años de investigador en la Universitat Politècnica de
Catalunya con una beca Juan de la Cierva, después de
investigar en la Universidad de Granada o el University College of London.
Este investigador italiano manipula, enfundado en sus Guantes de Látex, jeringas que
contienen una pasta de
color pajizo, para generar el filete solo hay que colocarlas en la impresora 3D
y configurar el sistema.
Por
fin sale de la boquilla de la máquina un Fideo Infinito de biomaterial, que
empieza a componer un Bistec Liliputiense, según el diseño que el propio
Scionti ha hecho en AutoCAD.
Este proyecto surgió por un comentario fortuito de sus compañeros, cuando creador Giuseppe Scionti
trabajaba en la UPC.
Al
crear un prototipo de implante de oreja humana, alguien dijo que la textura
parecía auténtica.
El
investigador italiano pensó que si las impresoras 3D podrían imitar tejidos
humanos también podían hacerlo con tejidos animales.
Este método desarrollado a partir de esta premisa permite poder obtener Filetes Artificiales
cuya textura se
aproxima a la carne, algo que se ha ajustado mediante test de compresión y de
tracción.
El
investigador ha solicitado la patente y está pendiente de su aprobación: Esta
tecnología 3D prevé un sistema
escalable, de manera que no se necesiten impresoras en paralelo.
Teniendo
una provisión de material continuo y varios extrusores a la vez se podrá
producir mucho más producto en mucho menos tiempo”.
Ya
existen otros métodos para conseguir una alternativa a la carne, que beneficie
a los animales, al medio ambiente y mejore la alimentación mundial.
La carne
de laboratorio cultivada con Células Madre, o la Carne Vegetal, que
comercializan las empresas como
Impossible Foods, son las dos caras de estos esfuerzos.
Esta
carne de laboratorio cultivada con Células Madre resulta aún muy cara y todavía
no se ha encontrado un
sustituto del suero fetal bovino, un ingrediente clave que normalmente implica
sacrificar a la vaca y al
embrión.
Esta
alternativa vegetal sabe a carne pero solo pueden ofrecer hamburguesas o
albóndigas, sin imitar la textura fibrosa de un filete.
Estos
filetes de carne creados por Giuseppe Scionti están a medio camino de ambos
productos: “Utilizo técnicas que se usan normalmente para la carne cultivada
con Células Madre y estas técnicas prestadas de la
bioimpresión 3D, adaptadas para utilizarlas con materiales que se emplean para
hacer carne vegetal”.
El
Silbido Robótico de esta impresora 3D acompaña a las palabras del ingeniero que
ha desarrollado este tejido, la boquilla deposita el hilo de biomaterial con
movimientos rectilíneos, se desplaza a tres centímetros por segundo y tarda
entre treinta y cincuenta minutos en crear una pieza de cien gramos, esta
máquina es un modelo modificado para poder adaptarlo a este propósito específico, la
ha construido la Fundació CIM, un centro tecnológico de la UPC, que colabora de
esta forma en el proyecto, es uno de los exponentes que están en auge el sector
de la impresión 3D o la fabricación aditiva en la provincia de Barcelona, que
reúne también al centro europeo International Advanced Manufacturing 3D Hub, en
Terrassa (Barcelona), y a las instalaciones de I+D de HP en España, situadas en Sant Cugat.
Aunque
la UPC no se ha implicado en el proyecto, que Giuseppe Scionti ha conducido
como iniciativa personal, el italiano utiliza de momento un espacio de trabajo
en el CREB, un Centro de Investigación dependiente de la universidad.
Pero
en el mes de octubre tiene previsto dar el salto y crear su startup, Nova
Meat, para poder darle un impulso a este tipo de tecnología.
Los
ingredientes con los que se componen estos bistecs, de colores rojizos o
amarronados, son proteínas en
polvo, como la proveniente del arroz o del guisante, así como componentes de
algas.
Son
productos que normalmente consumen los veganos o vegetarianos en forma de
bebidas para poder complementar su dieta.
La
dificultad es reordenar estas Nanofibras de las proteínas vegetales intentando
que se parezcan a las proteínas animales”, explica Scionti.
Hay
que estudiar primero la Histología del Tejido Animal, cómo están ordenadas las Fibras Musculares, y
después hay que intentar replicarlo con ingredientes vegetales no modificados
genéticamente”.
Una
vez generado el bistec, está listo para poder cocinarlo y después comérselo, y los
pedazos de carne vegetal impresa en 3D chisporrotean como cualquier filete al
freírse.
Estos
bistecs se hacen muy bien”, sonríe Margarita, es la cocinera del centro
universitario donde trabaja Giuseppe
Scionti y es la primera vez que mete en la sartén algo así.
Estos
bistecs no se han pegado ni se han quemado, pero por ejemplo, un filete de
pollo, si fuera tan fino, se
pegaría, apunta al darles la vuelta.
Esta textura tiene una consistencia desacostumbrada, pero la tiene, mientras que el
sabor queda en manos del sazonado.
¿A
qué se parece esto? Alguien menciona el tofu, aunque la textura no es
blandengue sino que tira hacia la
fibra, y esto, ¿a qué sustituye? ¿Al pollo?”, pregunta Margarita con la
curiosidad desenvuelta.
Al
aspecto físico le queda evolucionar para que se parezca más a la carne, “La
apariencia se puede mejorar con
una inversión de tiempo y prototipos nuevos, pues desde el punto de vista del
consumidor es muy importante”, señala Scionti.
Hay
que adaptar los modelos 3D para que estos sean más complejos, de forma que se
diferencie la zona que imita a la grasa, la que imita al músculo o a otro tipo
de tejido”.
Aunque
Giuseppe no ve un problema en pulir el sabor y el color, “No me he
preocupado nunca del
sabor porque sabía que ya lo habían encontrado otras empresas”, comenta.
Tengo
que colaborar con los grupos que ya han desarrollado la tecnología para dar el
sabor, ver si esto coincide con el color e intentar que ambos se basen solo en
componentes naturales.
Por
ahora imprimir en 3D 100 gramos de carne vegetal cuesta dos euros, aunque al
escalar el sistema el precio se reducirá.
La
aprobación de las autoridades sanitarias para su consumo no requiere de un
proceso complejo, pues se
usan productos vegetales ya aprobados para su comercialización.
Giuseppe ve este sistema como una oportunidad para evitar la producción en masa
de animales dedicados a alimentarnos.
Pero
también quiere presentar su proyecto a Organizaciones como la FAO o el World
Food Program, pues su carne se podría producir con unas propiedades específicas
para combatir la desnutrición, estos
pedazos de Carne Vegetal impresos en 3D también se podrían mover en un ambiente
muy distinto.
Giuseppe Scionti ha contactado con Ferran Adrià y con el Centro
de Investigación de los hermanos Roca para poder tantear el terreno de la Alta Restauración:
“A ellos les interesa algo que se parezca a un filete, pero sepa
a un champiñón”, afirma.
EXGA3D es
una Startup que tiene la base en Vigo (Galicia) que está revolucionando la industria del
“Food Tech” empleando la impresión 3D para diseñar y personalizar alimentos que
sorprenden y que además pueden acercar soluciones al mundo de la salud
elaborando por ejemplo píldoras médicas con formas y sabores de
frutas o dulces, o pescado para niñas y niños con formas más divertidas y
apetecibles.
Todos
estos son alimentos poco atractivos a la vista pero con gran Valor Nutricional se
pueden convertir en
productos de algo valor añadido mediante esta tecnología.
Esto
se hace por medio de la impresión 3D o la fabricación aditiva: El alimento se
va depositando hasta poder obtener la forma deseada.
Pablo
López, CEO de EXGA3D, cuenta que “el electrodoméstico que desarrolla esta
tecnología y con el que
trabajamos se llama Foodini by Natural Machines y puede usarse tanto en nuestro
domicilio como en
cocina profesional”.
Aunque por
medio de cinco cápsulas en las que se introduce el alimento (Fresco, Descongelado o Precocinado) y a
través de un Software de Diseño, se puede dar forma al alimento que se va a
consumir, pudiendo no sólo
lograr impacto con el diseño, sino también con texturas o propiedades
nutricionales, y generando así
una experiencia única.
Aunque la
Materia Prima que se va utilizar es la misma que se puede hallar en cualquier
plato de comida que se
puede estar consumiendo ahora, incrementando su valor especialmente con
aquellos alimentos que no
se están destinando al Consumo Humano por considerarse no aptos por Cuestiones Estéticas
o por Cuestiones de Mercado.
El
formato de materia prima para utilizar con este electrodoméstico es similar al
de un puré, logrando estructuras desde lo más blandas a sólidas después de la
preparación.
Este
proyecto está triunfando a nivel internacional y cuenta con el apoyo de la
incubadora de proyectos del
Basque Culinary Centre.
EXGA3D
presentó esta tecnología en el 5º Encuentro de Emprendimiento Pont-Up Store,
donde ofreció un
taller abierto para enseñar a imprimir comida con esta tecnología empleando
descartes.
Celebrado
entre los días 20 y 22 de septiembre, Pont-Up Store reunió a los 45
emprendimientos gallegos más innovadores y ofreció más de 40 actividades en
torno al emprendimiento en distintos puntos de la ciudad de Pontevedra.
CHORIZOS
CON MENOS GRASA
Pero por su parte, la Directora Ejecutiva
de la empresa asturiana Tridivite, Mariel Díaz, ha adelantado que la compañía también está trabajando en
proyectos de impresión 3D para la industria alimentaria.
Y más concretamente están trabajando
en la Microencapsulación de sustancias saludables para poder hacer más sanos los embutidos de la empresa El
Hórreo, que tiene una línea de comida saludable.
En concreto, se "envuelve" a
tamaño casi Microscópico Fibra Alimentaria que se añade a los embutidos,
concretamente al chorizo, para aumentar su contenido en fibra.
La empresa decidió optar por esta
técnica apoyada en la impresión 3D o fabricación aditiva de las Microcápsulas de Fibra para que el
consumidor no note el aporte extra, y para que la textura de los embutidos no
se vea alterada.
Este proyecto busca poder reducir la cantidad
de grasas saturadas presentes en estos alimentos, sustituyéndolas por otras sustancias saludables
gracias a la tecnología.
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