LAS PRIMERAS CASAS POR IMPRESIÓN 3D DE ESPAÑA ESTÁN EN MARCHA: ESTOS SON LOS RETOS A LOS QUE SE ENFRENTAN
Hace unos
cuantos años que nadie hubiera pensado que podríamos tener en el salón de casa
un jarrón impreso en 3D, bioimprimir órganos aptos para trasplantes o incluso
vivir en una casa construida con una impresora 3D,
en España ya se ha impreso en 3D una casa piloto y, según los proyectos en
proceso, a finales de
año los primeros propietarios estrenarán sus viviendas por impresión 3D. ¿Y tú,
vivirías en una casa
construida por un robot?
El pasado mes
de julio cuatro estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) que
en 2015, recién graduados en Ingeniería de la Edificación, vieron truncada su
salida profesional por la crisis del ladrillo, presentaron la primera casa
construida en hormigón con una impresora 3D en España y una de las contadas
experiencias que por el momento hay en todo el mundo.
La impresora 3D
desarrollada por Be More 3D es una máquina de aluminio modulable de siete metros de ancho por
cinco de alto, y es capaz de construir estructuras como una vivienda
piloto de setenta metros
cuadrados, de dos habitaciones, cocina y baño, en un total de diez horas y por
unos 55.000 euros, aseguran sus
creadores, en una obra el tiempo es dinero, por eso el ahorro de tiempo de
construcción es un ahorro en el
coste final.
Este Sistema Constructivo
patentado puede reducir los costes de
construcción final hasta en un treinta y cinco por ciento con respecto al sistema de
edificación tradicional, “Sobre todo en la estructura donde lo habitual es dedicarle unas
tres semanas, argumenta, Vicente Ramírez, uno de los miembros de esta empresa
que consiguió despegar en el año 2017 tras un proceso de incubación en la primera
aceleradora de startups de la compañía Acciona.
Este proyecto
nació con la intención de poder dar respuesta “De una manera rápida y de calidad” a la
problemática del acceso a la vivienda e incluso en situaciones de emergencia o Catástrofes Naturales” como alternativa a las tiendas de
campaña provisionales que en ocasiones acaban permaneciendo durante muchos años".
Aunque tras la
notoriedad en los distintos medios de comunicación recibieron más de medio
centenar de consultas de
particulares interesados en construir sus futuras casas con la impresora 3D de
hormigón.
Aunque de todas
ellas han cuajado por el momento dos proyectos con los que ya se encuentran en
estado avanzado de
desarrollo y, si todo va según lo planeado, a finales de año se convertirán en las primeras familias españolas en vivir en
una casa impresa en 3D, aunque lo
que me daría terror sería hacerlo con el sistema tradicional”.
Uno de estos
primeros clientes de la desarrollada ligada a la UPV, Gregorio Suárez, sólo
tenía una cosa clara quería una opción
de construcción rápida y sostenible, para su futura residencia, pero lo que me
daría terror sería hacerlo con un sistema tradicional, asegura en referencia a
los dilatados tiempos de construcción e inevitables costes adicionales que
suelen surgir en las obras.
Tras casi un
año investigando sobre alternativas a los sistemas de edificación
tradicionales, consultando con diferentes empresas especializadas en Casas
Prefabricadas con distintos tipos de materiales como: madera, balas de paja,
paneles de hormigón prefabricados y hasta de Containers marinos reutilizados para crear
estructuras habitables, se dio cuenta de que “o bien los costes se disparaban o
las empresas no ofrecían
mucha flexibilidad a la hora de adaptar sus Métodos de Construcción a las
necesidades de mi diseño”.
Una amiga
arquitecta se había encargado del proyecto de ejecución básico, dejándolo
abierto a distintas posibilidades de material constructivo para una vivienda de
primera residencia en la parcela que posee este informático de 48 años en el
municipio madrileño de Galapagar, donde se están mostrando "Muy abiertos e
interesados" por adaptar el proyecto a la normativa vigente, destaca Suárez,
lo único que me tiraba para atrás en un principio era que es la primera vez que
se va a hacer pero la principal razón para decantarse fue que la construcción es
en hormigón, lo único que cambia es que lo pone una impresora en 3D lugar de
una hormigonera", apunta.
Esta empresa
valenciana utiliza un cemento especialmente desarrollado para que pueda ser
utilizado por su impresora 3D en los laboratorios de la UPV que “Contiene
fibras que le dan resistencia a la flexión y evitan las grietas por
retracción”, por tanto se trata de un Hormigón Estructural
que, en veinticuatro horas consigue alcanzar los parámetros de resistencia que contempla
el Código Técnico de la Edificación para colocar una segunda planta sobre la
estructura de los muros”, apunta Ramírez.
Suárez no se
aventura, por el momento, a estimar un presupuesto para su futura vivienda de
una planta de cien metros
cuadrados y buhardilla donde residirá con su hijo “Porque aún quedan flecos por
cerrar como la elección de certificación Passive House o casa ecológica y qué
sistema renovable de calefacción es más
adecuado”, pero sí reconoce que el precio está por debajo de la horquilla de
entre 1.000 y 1.200 euros por metro cuadrado que le ofertaban con otros
sistemas de construcción alternativos.
¿CÓMO SE IMPRIME UNA CASA?
En el mundo
existen por el momento poco más de una decena de empresas dedicadas a la
construcción de viviendas
por impresión 3D.
Aunque la mayoría
de los dispositivos divergen entre sí en el material con el que se imprimen y
en su diseño mecánico: Un Eje Fijo y Brazo Móvil que imprime, y una estructura
que se mueve por raíles o, como en el caso
de la impresora 3D de Be More 3D, único hasta el momento, un pórtico móvil con tres ejes X-Y-Z que se desplaza libremente sobre ruedas.
En esencia, el
funcionamiento es el mismo que el de una impresora 3D de producto: el plano de
la casa, esta diseñado con cualquier software de diseño en 3D como el Autocad o
Revit, se pasa a un programa informático conocido genéricamente como ´slicer’
que se encarga de generar el código (GCODE) que es el lenguaje
utilizado en los dispositivos de impresión 3D.
Conectada a un
ordenador, la impresora 3D ejecuta el diseño predeterminado imprimiendo capa
sobre capa hasta poder formar muros compactos, esta máquina se
va moviendo adelante o atrás, de izquierda o derecha, y de forma ascendente
inyectando el hormigón
hasta que termina de cubrir cada capa.
Aunque una vez que se
haya terminado la estructura de la vivienda, comienza la fase de suministro de
componentes y
revestimiento: fontanería, instalación eléctrica, cerramientos, etc. recaen en
los oficios comunes de una obra
tradicional, aunque de momento, el
dispositivo BEM-1 sólo imprime en 3D edificios de una altura, aunque la empresa
trabaja ya en un segundo
modelo capaz de imprimir hasta dos alturas.
Y es que la escalabilidad es uno de los mayores retos
a los que se enfrenta la impresión 3D o la fabricación aditiva en el ámbito constructivo, sobre todo si
se quiere aplicar no sólo a las viviendas familiares sino a edificios habitables de
gran envergadura.
¿SUSTITUIRÁN LAS IMPRESORAS 3D AL TORNO Y LA PALETA?
“La incursión
de esta tecnología de impresión 3D o de fabricación aditiva es una Auténtica Revolución para el sector
de la construcción”, afirma José Ramón Albiol, profesor de la Escuela Técnica
Superior de Ingeniería de Edificación de la UPV y es la pieza clave en el desarrollo
de la fórmula del Cemento Especial que utiliza esta impresora 3D desarrollada por Ramírez y
sus compañeros José Guillermo Muñoz, Joaquín Martín y José Luis Puchades, que en poco tiempo
no habrá empresa de construcción ni obra que no tenga una impresora 3D de
hormigón, coincide Ramírez.
Y por ello, aunque ya tienen planes para poder imprimir en 3D sus primeras viviendas, aunque su
principal objetivo por el momento
es centrarse en vender modelos de sus dispositivos que les permitan seguir
investigando y desarrollando
sus impresoras 3D, para Markopoulou,
directora académica del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña creadores
del primer puente impreso en 3D en España, se trata de un cambio radical
comparable al que supuso en su momento la popularización del hormigón que
permitirá construir mucho más rápido, de forma más sostenible y creando formas
más complejas y multifuncionales".
Esta técnica
nos libera de necesidades de moldes y permite poder crear formas bastante complejas,
edificios mucho más
responsables, incluso pasivos, sin la necesidad de sistemas de calentamiento o
enfriamiento artificiales, que es la mayor fuente de Consumo Energético de los
edificios, explica Markopoulou, pero no veo que vaya
a reemplazar por completo el sistema tradicional de construcción”.
Pero entre las
principales limitaciones en el
desarrollo de este Tipo de Tecnología de impresión 3D o la fabricación aditiva en
el ámbito de la arquitectura, la directiva del Instituto de Arquitectura
Avanzada de Cataluña señala
la escalabilidad de los proyectos ya que normalmente se necesitan máquinas
mucho más grandes de lo que se construye, y por tanto este tipo de construcción no es
sostenible, o utilizar pequeños robots colaborativos que trabajen conjuntamente”, en esto
coincide el arquitecto Azpilicueta, profesor titular de la Escuela
Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro del
programa de investigación "3DCONS", quien ve “Mucho más futuro a la impresión 3D en fábrica de elementos
constructivos, piezas tanto
lineales como de acabado, que a la impresión in situ de grandes edificios de 8
o 10 plantas, mucho menos de edificios impresos completamente en 3D", las
percepciones aquí vuelven a encontrarse: si lo ideal es prefabricar y luego poder montar, crear estaciones de fabricación
cercanas al punto de construcción para poder evitar los traslados o si por el
contrario se debe apostar por sistemas flexibles de fabricación in situ.
Aunque también
se necesita seguir investigando en
materiales cada vez mejores, y a nivel funcional la impresión 3D
con metal será un nuevo hito en este campo pero también estético, e incluso
pensando en futuras casas pasivas integrables en entornos de Smart Cities.
Al final la tecnología no está en la impresión 3D o la fabricación
aditiva sino en toda la robótica que hay alrededor y los
resultados dependen de lo inteligente que sea la máquina, indica Azpilicueta,
quien reconoce que los desarrollos no están siendo tan rápidos en el sector
como cabría esperar.
Y hay muchos
avances relacionados con la Ciencia de los Materiales, Inteligencia Artificial,
el Internet de las Cosas, con
la Computación, la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual, todas ellas
acompañarán a la impresión 3D o
la fabricación aditiva en forjar un Cambio de Paradigma ya no sólo en cómo
concebimos la construcción sino en cómo interactuamos con nuestro espacio
físico”, concluye Markopolou.
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