ROBOTS FABRICADOS POR IMPRESIÓN 3D CON PIEL AMORTIGUADORA DE GOLPES
Cualquiera que
haya visto drones volando en el cielo peligrosamente o también en algunas competiciones en las que los
robotistas hacen luchar a sus robots sabe que es muy probable queestas máquinas sufran graves desperfectos.
A menudo esto es
así debido a que los robots no tienen ningún tipo de acolchamiento adecuado
para protegerse.
Unos investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, en anexiona al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos.
Unos investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, en anexiona al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos.
Estos
investigadores han ideado y conseguido un nuevo método para imprimir en 3D materiales blandos que doten de mayor protección contra los golpes a los robots y
sin que los robots pierdan precisión en sus movimientos.
La nueva técnica
se podría emplear para aumentar la durabilidad no solo de los drones y otros robots sino también de teléfonos móviles, zapatos, cascos y muchos otros objetos
expuestos a impactos.
Uno de las
potenciales aplicaciones de la nueva técnica en el campo de la robótica es
poder alargar la vida útil de los drones para entregas, como los que están
siendo desarrollados por Amazon y Google.
Este nuevo
producto, que se descrito como "material viscoelástico programable"
(PVM, por sus siglas en inglés) se logra mediante la técnica desarrollada en el
CSAIL.
Por tanto permite a
los usuarios programar todas y cada una de las partes de un objeto impreso en
3D con los niveles exactos de rigidez y elasticidad que quieran, dependiendo de
la función que deba tener cada parte.
Las pieles
amortiguadoras no solo protegen a los robots con los que se han hecho pruebas
en el CSAIL, sino lo que facilitan a algunos el realizar aterrizajes de manera
más precisa.
Por ejemplo,
después de haber realizado la impresión 3D o fabricación aditiva de un robot
cúbico que se mueve rebotando, los
investigadores lo dotaron con “pieles” amortiguadoras que suavizan muchísimo
sus impactos.
Esa reducción
marca la diferencia a la hora de procurar evitar que un rotor se desprenda de
un dron o que un sensor se rompa cuando golpee el suelo.
Lo que permiten es
que los robots de ciertos tipos aterricen con una precisión casi cuatro veces
mayor, lo que sugiere que se podrían usar amortiguadores similares para ayudar
a ampliar la vida útil de los citados drones de entrega de productos.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por publicar un comentario.