ASÍ SE PUEDE USAR EL AEROGEL DE GRAFENO EN UNA IMPRESORA 3D

Un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Kansas y de la Universidad de Buffalo en Estados Unidos han desarrollado un proceso que permite utilizar el aerogel de grafeno para imprimir en 3D.
Este material tiene una textura de espuma congelada y fue creado por la Universidad de Zhejian en China en el año 2013. 


Destaca por ser el menos pesado del mundo: es 7,5 veces más ligero que el aire y un 12% más que el aerografito, el segundo material menos  pesado.    
A causa de todas sus cualidades, el grafeno es la gran promesa para la próxima generación de materiales. 
Destaca por su fuerza, resistencia y durabilidad, así como por sus propiedades conductivas, su fino grosor y su ligereza, unas características que lo convierten en el compuesto perfecto para revolucionar la fabricación de dispositivos electrónicos.   





Con el aerogel de grafeno se pueden producir ordenadores más rápidos, baterías más potentes y con mayor capacidad, wearables flexibles y ultraligeros o sensores biomédicos.
El interés en el aerogel de grafeno se debe a que las cualidades de este material, combinadas con la densidad mínima del aerogel, permiten que se multipliquen sus aplicaciones.                                                      

Como es muy absorbente (puede absorber hasta 900 veces su propio peso) se puede utilizar para limpiar los vertidos de petróleo en el  mar. 
La estructura propia del grafeno hace que combinarlo con el aerogel y conseguir un material apto para la impresora 3D no sea tarea fácil.                                                                                                   
Habitualmente, para fabricar un aerogel para la impresión 3D se mezcla el elemento del núcleo con otros ingredientes, como un polímero, para que pueda ser extruido por la boquilla de la máquina.
Una vez que se ha creado el objeto, el polímero se elimina con un proceso químico, pero en el caso del grafeno esta técnica destruye su  estructura.                                                                                
Para resolver este problema, los investigadores han empleado óxido de grafeno, una forma del compuesto con moléculas de oxígeno, mezclado con agua.                                                               
Así, después de crear la estructura, el agua se elimina mediante un proceso de congelación y liofilización.                       
El resultado es un material perfectamente apto para laimpresión 3D que podrá emplearse para en la industria aeroespacial, en la electrónica, en medicina y en otros muchos sectores.


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