DISEÑAN STENTS BIODEGRADABLES PERSONALIZADOS POR IMPRESIÓN 3D
Guillermo
Ameer y Cheng Sun, son miembros del equipo de Ingeniería de la Universidad del
Noroeste (Estados Unidos), están utilizando la impresión 3D para el desarrollo
de stents biodegradables y flexibles que se adapten al cuerpo de un paciente
específico.
En
este momento, la gran mayoría de los stents están hechos con un tipo de metal y
tienen disponibilidad en diferentes tamaños, el
médico tiene que adivinar qué tamaño del Stent es una buena opción para
mantener el Vaso Sanguíneo abierto.
Pero
todas las personas somos diferentes y los resultados dependen de la experiencia
del médico, así que no es una solución óptima, afirmó el profesor Ameer.
Y
con el apoyo de la Asociación Americana del Corazón, esta investigación se ha
publicado en la revista Advanced Materials Technologie.
Cuando
los stents no ajustan bien, se mueven en la arteria, por lo que en última
instancia pueden fallar, en estos
casos, los médicos tienen que volver a abrir de alguna forma el Stent Bloqueado
o hacer un By Pass
con un Injerto Vascular, es un proceso costoso y arriesgado, señalan.
Hay
casos en que un médico intenta implantar un Stent a un paciente, pero que el ajuste no sea bueno para el paciente, dijo Ameer.
Pueden
existir Restricciones Geométricas en el Vaso Sanguíneo del paciente, tales como
una Curvatura Significativa que puede perturbar el flujo de sangre, y provocando
que los stents tradicionales puedan fallar, esto
es especialmente un gran problema para los pacientes cuyas condiciones impiden el
uso de diluyentes de la sangre.
Mediante
la impresión 3D o fabricación aditiva de un stent que tiene los requisitos geométricos y biológicos
exactos del vaso sanguíneo del paciente se espera reducir al mínimo la probabilidad
de estas complicaciones.
Para
crear estos stents personalizados, Ameer trabajó con Sun para adaptar una
técnica de impresión 3D denominada proyección de micro-estereolitografía y
fabricar stents utilizando un polímero previamente desarrollado en el
laboratorio.
La
técnica utiliza una resina o polímero fotocurable líquido para imprimir objetos
con la luz, cuando un patrón de luz brilla en el polímero, se convierte en un
sólido que luego se desplaza lentamente para curar la siguiente capa de
polímero líquido.
La
tecnología de impresión 3D o de fabricación aditiva permite al equipo fabricar
un stent que se adapta exactamente a las características de diseño deseables.
Esta
tecnología de impresión 3D o fabricación aditiva tiene diferentes ventajas, en
primer lugar, es de alta resolución, con
la capacidad de imprimir detalles tan pequeños como de siete micras, es perfecta
para la impresión de los
stents, que tienen dimensiones de malla muy fina y pueden ser menores de 3
milímetros de diámetro.
En
segundo lugar, tiene la capacidad de imprimir hasta 100 stents a la vez: una
producción más rápida y potencialmente más barata que los métodos de
fabricación tradicionales.
Y
en tercer lugar, es rápida: la impresión 3D o la fabricación aditiva de un
stent de cuatro centímetros dura en cuestión de minutos.
Aunque
los stents actuales están hechos con una malla de alambre de metal, Ameer
utiliza un polímero a base de ácido cítrico previamente desarrollado en su
laboratorio.
El
Stent que se ha realizado con la impresión 3D o la fabricación aditiva es
flexible, biodegradable, y tiene propiedades antioxidantes inherentes.
Los
fármacos también pueden ser cargados directamente en el polímero y se liberan
lentamente en el sitio de implantación para mejorar el proceso de curación en
la pared del vaso sanguíneo.
Guillermo Ameer
ha demostrado previamente que el polímero se puede diseñar para poder inhibir
la formación de coágulos cuando se aplica a los injertos vasculares.
Tanto la fortaleza como la biodegradabilidad del stent, le permite ejercer su función
mecánica durante la dilatación inicial y se disuelven lentamente.
Aunque en
teoría, esto es más seguro porque el paciente no tiene dispositivos metálicos
extraños permanentes en el
cuerpo, dijo Ameer, si,
por cualquier razón en el futuro, el cirujano tiene que volver a intervenir, no
hay un stent de metal en el camino.
Los
Stents biodegradables están hechos de plástico que es similar al utilizado para
las suturas, estos Stents no son tan fuertes como los Stents que están hechos de
malla de alambre y su expansión es completa cuando se despliega puede llevar más
tiempo que la de los stents metálicos.
Para
compensar esta debilidad, los stents de plástico se fortalecen aumentando el
espesor de sus puntales en relación a la de un stent de metal.
El
impreso del Stent en 3D puede ser fabricado con el perfil más delgado con respecto a los Stents tradicionales de
alambre de metal, por lo que es más compatible con el cuerpo humano.
Ameer y Cheng Sun se imaginan un futuro procedimiento mediante el cual las
dimensiones de un Vaso Sanguíneo del paciente se obtienen mediante las técnicas
de imagen estándar disponibles en los hospitales, y luego se imprime en 3D un
stent en el mismo sitio para que se pueda adaptar exactamente a sus dimensiones
y luego se entrega al cirujano para su implantación, no sólo podemos
personalizar el stent para los vasos sanguíneos del paciente.
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