LA CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO: EN MANOS DE ROBOTS ALBAÑILES Y EN POCAS HORAS
En un futuro ya
cercano, los robots ayudarán al
ser humano, entre otras muchas cosas, a fabricar naves y un sinfín de productos en mitad del espacio.
De hecho, otro proyecto nacido con un objetivo
similar se basa en la impresión 3D para levantar un hogar totalmente
práctico.
Tal y como se
puede ver en el vídeo de demostración de debajo, el robot del MIT pulveriza una suerte de espuma que, al
secarse, se endurece.
De la misma forma, las cosas sobre la superficie terrestre también cambiarán radicalmente
en un futuro no muy lejano gracias a ellos.
Y de hecho, a día
de hoy, existe ya un amplio abanico de proyectos que pretenden convertir a los robots en los albañiles
que levanten edificios dentro de no mucho.
Más allá de los
posibles debates sobre automatización y sustitución de la mano de obra humana, lo cierto es que el uso de robots para poder realizar tareas de
larga duración como la construcción de un edificio permitiría acelerar
los procesos notablemente.
Sin ir más
lejos, la empresa australiana Fastbrick Robotics trabaja ya en un robot albañil capaz de levantar una casa en
solo dos días.
Uno de estos
robots se le ha llamado Hadrian X
y su llegada se espera para el año 2019,
pero no obstante, semejante velocidad a la hora de edificar, capaz de hacer
saltar por los aires el mercado inmobiliario, tiene un precio.
En el mercado,
este robot albañil valdrá dos millones
de dólares, y casi dos millones de euros al cambio actual.
No en vano,
este sistema robótico es toda una obra
de ingeniería, este robot está formado por un brazo mecánico de treinta
metros que, instalado en un camión, no solo levanta materiales sino que es capaz de colocar hasta 1.000 ladrillos en una
sola hora.
La colocación
de ladrillos no será la única metodología que sigan los robots a la hora de
construir las casas del futuro.
EDIFICIOS IMPRESOS
Se trata del
proyecto de la startup ucraniana PassivDom, que también lleva la velocidad por bandera: en solo
8 horas, su impresora 3D puede
crear las paredes, el techo y el suelo de una pequeña pero habitable casa de unos 35 metros
cuadrados.
No obstante, en
este caso, la ayuda humana
parece seguir siendo imprescindible
a la hora de llegar a crear de la nada un nuevo hogar, y es que para la
colocación de ventanas, puertas y tuberías se requerirá de operarios.
Pero más allá
del robótico origen de esta pequeña casa y la velocidad a la que es posible
levantarla, pero lo cierto es que el proyecto de PassivDom cuenta con más
ventajas.
Sus construcciones
que están impresas en 3D, disponibles a partir de 31.900 dólares (algo
más de 28.000 euros al cambio
actual), son plenamente autónomas, ya que obtienen energía del sol y el agua
filtrando la humedad del aire.
ESPUMA SECA
También
apoyándose en la impresión 3D o la fabricación aditiva, el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en
inglés) ha desarrollado un brazo
robótico capaz de fabricar
estructuras habitables en apenas unas horas.
De esta manera,
el robot imprime en 3D una cúpula de
más de tres metros y medio de alto y quince de diámetro en menos de 14 horas.
Además, la máquina es capaz
de crear la estructura respetando vanos para posibles puertas e incluso
modulando el espesor de la espuma, lo cual abre todo un mundo de posibilidades.
De hecho, los
investigadores del MIT han ideado este robot albañil con la intención de que imprima en 3D futuros hogares en lugares
extraterrestres como Marte: Funciona con energía solar y también es capaz de usar hielo como material de construcción, todo
para evitar transportar ladrillos en cohetes espaciales.
ROBOTS EN CADENAS DE MONTAJE
Pero no solo de
impresión 3D o fabricación aditiva y colocación de ladrillos vive el mundo de
los robots albañiles, y de hecho, en Baltimore, la planta de Blueprint
Robotics ha llevado la robótica a otro nivel.
Como si de una
fábrica de coches se tratara, la compañía norteamericana se sirve de autómatas para su cadena de montaje de
viviendas modulares.
Con algo de
intervención humana, estos robots de la empresa estadounidense disparan miles de clavos sobre vigas y
paneles antes de empaquetarlos e introducirlos en un camión.
A partir de
ahí, los distintos componentes son transportados hasta el lugar en el que será
montado un nuevo hogar de origen
robótico.
Siguiendo esta
filosofía basada en las cadenas de montaje automovilísticas y en algo tan
sencillo como los juguetes modulares estilo
Lego (un robot crea piezas que
son transportadas hasta el lugar en el que serán montadas), los
constructores han logrado aumentar la velocidad de creación de un hogar y
consiguieron abaratar el coste.
Por si fuera
poco, este sistema mixto, que
requiere de la ayuda de operarios humanos, frena los temores existentes
respecto a la automatización de procesos como la construcción de edificios, que
podría dejar a mucha gente sin empleo: a día de hoy, la intervención de trabajadores sigue siendo imprescindible para
que este sistema funcione.
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