EN NÍQUEL Y ACERO: IMPRESIÓN 3D PARA EL GAS
En “El
Manchester sueco”, Norrköping, Siemens aplica la fabricación aditiva para
prototipar, producir y reparar piezas de las turbinas de gas que distribuye a
las plantas de producción de energía.
Tras un par de años nada prósperos, el
sector del petróleo y gas emite unos primeros y tímidos haces de luz que
anuncian un repunte en las inversiones.
Las compañías implicadas sufrieron la caída del precio del barril, pero
también sus proveedores, y por tanto era necesario abaratar costes, muchos de
los proyectos offshore, más caros, quedaron en suspenso.
También se cuestionaron las viejas y rígidas
reglas, prediseñadas, por las que se regía el sector, que no importaba
cuando se estaba ganando dinero.
Y su división orientada a la producción de Turbinas de Gas quiso ver la
oportunidad de lo que era una tendencia en el mercado, en China, en el Sudeste
Asiático, en Sudamérica o en África en lugar de hacer enormes plantas de
producción de energía, ahora, ganan
terreno las pequeñas plantas para alimentar a la industria o a una ciudad.
No hay que instalar tendido eléctrico por todo el país, se produce la
electricidad cerca del consumidor», justifica el CEO de Siemens Industrial Turbomachinery AB en
Suecia, Hans Holmstroem.
Una vez encontrada la estrategia, con la eficiencia por bandera, la
multinacional se lanzó por la impresión 3D o fabricación aditiva.
Ante la prensa ha presentado sus avances en la pequeña localidad sueca
de Finspång, que está situada a tan sólo 30 kilómetros de la que ha sido
bautizada como el Manchester sueco,
Norrköping, aprovecha su tirón industrial.
Entre acero, níquel, aluminio y titanio la planta escandinava de la Multinacional
Norrköping utiliza la impresión 3D o la fabricación aditiva para prototipar,
fabricar y reparar piezas de las turbinas de gas que produce.
Como la empresa Airbus o
la empresa General Electric, si bien toda
empresa que trabaje con Turbinas de Gas ha entrado en la fabricación aditiva,
hay un factor que diferencia a la multinacional alemana.
Y es que han
sido los primeros en instalar componentes impresos en 3D en la parte caliente
de la turbina de gas.
Amén de haber sido pioneros en la apertura de fábricas en las que se
utiliza esta tecnología, los portavoces de la firma, no sólo no dejan pasar por
alto el software desarrollado, sino que influyen en las bondades de este
proceso que, a modo de cadena
informática de datos, conecta el diseño con la producción de la pieza.
Implica pensar en la impresión 3D todo el tiempo, descubre el CEO de Servicios de Generación de Energía
para Distribuir Petróleo y Gas de Siemens, Thorbjoern Fors.
En la planta sueca se realiza un prototipo en cinco meses, frente al año que
requiere la fabricación normal, el sistema de combustión de la turbina
se confecciona en cuatro semanas y el tiempo de reparación de una pieza es 10
veces menor.
Pero a efectos prácticos, la introducción de la impresión 3D o fabricación
aditiva disminuye el tiempo de producción.
En una semana se puede fabricar ocho Sistemas de Combustión y, en el caso
de una reparación, y que se imprima directamente sobre la turbina.
Este Lejos de ser una fantasía, estas piezas, sea por reparación o
producción original, ya están instaladas y operativas.
Un componente de ciento dieciocho milímetros de un impulsor metálico para
una bomba de protección contra incendios que se había dejado de fabricar.
La pieza, simplemente, gira constantemente; esa es
su función y fue el Equipo de Siemens de Eslovenia quienes realizó la Ingeniería
Inversa, mientras el Centro ubicado en Finspång fue el responsable de crear su gemelo con un láser de ocho micrómetros y un
sistema de cuatro espejos.
Con las cifras delante, Holmstroem no muestra tapujos al afirmar que «sí,
desaparecerán puestos de trabajo con esta tecnología, es un método más efectivo
de producir.
El tiempo de espera se ve reducido en un noventa por ciento, pero no son
los únicos datos sobre los que arroja luz la compañía.
Disminuyen en un treinta por ciento las emisiones de
gases efecto invernadero y en un sesenta y cinco por ciento el uso de
recursos materiales, por ahora, el reto que se marcan es alcanzar las dos
semanas para la producción.
Aunque en los seis últimos años, Tailandia
ha sido el escenario de esta proliferación de pequeñas plantas eléctricas de la mano de la multinacional
alemana.
En este caso, de ciclo combinado, es decir, utilizan tanto vapor como gas
para producir energía, todo esto parece caótico pero tenemos que entender que el
caos es la nueva normalidad.
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