LA REVOLUCIÓN DE LAS IMPRESORAS 3D LLEGARÁ PRONTO A LAS COCINAS
Las
impresoras 3D ya han empezado a imprimir comida, incluso también imprimir menús
sin gluten y con un control exhaustivo de los ingredientes, por lo que pronto
se ganarán un lugar en las cocinas, entre la cafetera y la tostadora.
Así
lo augura el nutricionista Alex Vidal, profesor de los Estudios de Ciencias de
la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que ha destacado que esta
Nueva Tecnología, además de poder emplearse para imprimir piezas en el sector
industrial, fabricar prótesis para la medicina o elaborar las figuras más
diversas de decoración, también están entrando en la cocina.
Con
esta nueva herramienta puedes diseñar elementos, volúmenes y texturas para dar
una vuelta más a las diferentes propuestas y los platos que hacen grandes
restauradores», dice.
En un estudio realizado en octubre, la consultora Gartner auguraba que en el año 2016 se venderían más de 455.000 unidades de impresoras 3D, una cifra que de cara al 2020 se incrementará, según los cálculos de la consultora, hasta exceder los 6,7 millones de unidades.
En un estudio realizado en octubre, la consultora Gartner auguraba que en el año 2016 se venderían más de 455.000 unidades de impresoras 3D, una cifra que de cara al 2020 se incrementará, según los cálculos de la consultora, hasta exceder los 6,7 millones de unidades.
ALERGIAS E INTOLERANCIAS
Aunque
todavía no están implantadas entre el consumidor final, Vidal ve ventajas en el
caso de alergias e intolerancias alimentarias.
Cuando haya algo que se tenga que controlar mucho, como puede ser una Alergia Alimentaria o también una Intolerancia al Gluten, puede ser útil.
Cuando haya algo que se tenga que controlar mucho, como puede ser una Alergia Alimentaria o también una Intolerancia al Gluten, puede ser útil.
Puede
ayudar a esquivar algún nutriente», afirma el nutricionista, varias empresas se
han interesado por la impresión 3D de comida.
En
el extranjero, otras compañías también se han lanzado a trabajar esta técnica,
como 3D Systems, que ha ideado la Chefjet y la Chefjet Pro y ha impulsado el 3D
Culinary Lab para estimular la innovación gastronómica; la compañía ORD
Solutions, que ha impulsado la RoVaPaste Hybrid Food 3D Printer; o la empresa
Systems and Materials Research, que prepara un modelo que pueda nutrir de manera
sana a los astronautas.
No
obstante, por el momento esta tecnología «No es accesible para todos» entre
otras cosas por su precio, «que supera en muchos casos los 1.000 euros».
Por
ello, hasta ahora sólo se han podido introducir en la restauración y principalmente
en establecimientos innovadores y de cierto nivel.
La
mayoría de las impresoras 3D de comida funcionan de manera similar a una Manga Pastelera:
que va añadiendo capas y capas de comida y es habitual que se empleen con
ingredientes cremosos y no duros, como chocolate, crema de queso, pasta,
helado, mermelada, mostaza, Vila puntualiza que todavía no se puede imprimir con
todo tipo de ingredientes.
Este
es un reto que tiene todavía la industria, junto con la introducción de la
cocción, ya que la mayoría de máquinas no cuecen y se necesita terminar el
plato en el horno, en la sartén o en la olla».En muchos casos, las impresoras 3D se emplean y tienen éxito en la repostería porque, según indica, «La pastelería es muy exacta, en esta necesidad, también veo un sentido, ahora bien, imprimirte la cena, no lo veo».
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