TEJIDO HUMANO EN IMPRESORA 3D
Hemos impreso células humanas en una impresora 3D, en concreto hueso y
cartílago, y al implantar ese tejido a un humano el resultado ha sido
satisfactorio, el paciente no ha rechazado el nuevo implante.
Esto significa que de aquí a unos años, quizás 10, podríamos funcionar
con este sistema, por ejemplo, para pieles quemadas o prótesis", explica a
EXPANSIÓN Nieves Cubo,
impulsora del proyecto de bioimpresión 3D que pretende imprimir tejidos humanos en
impresoras 3D.
En concreto, Nieves Cubo forma parte del grupo de expertos españoles
formado por ingenieros y científicos de la Universidad Complutense de Madrid y
del CSIC, que ha logrado imprimir tejido humano, hueso y cartílago, para
implantarlos en el cuerpo de pacientes con roturas o lesiones.
Para esto, se han empleado impresoras 3D donadas por la compañía
española BQ, en concreto dos del modelo Hephestos y dos Witbox, con
asesoramiento de expertos de la compañía.
No hablamos de reemplazar, sino de regenerar. Buscamos cambiar las
prótesis artificiales por algo que se integre en el cuerpo, comenta Nieves
Cubo.
Esta impresora 3D replica a partir de las células del propio paciente,
por ello, la posibilidad de rechazo de estos implantes es mucho menor que el de
las prótesis metálicas.
Por lo tanto por este motivo, este avance también será aplicable a la
regeneración de los tejidos de personas con enfermedades óseas, como la osteoporosis.
Un mes antes de este anuncio, en enero del año 2017, la Universidad
Carlos III de Madrid, el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas) y el Hospital Gregorio Marañón, presentaron el
primer prototipo de una bioimpresora 3D capaz de crear piel humana totalmente
funcional.
Gracias a este avance, publicado en la revista científica
Biofabrication, la piel podría ser trasplantada a pacientes o podría ser
utilizada para el testeo de productos químicos, cosméticos o farmacéuticas.
Según, José Luis Jorcano, profesor del departamento de
Bioingeniería de la Universidad Carlos III de Madrid y uno de los científicos
que participa en la investigación, gracias a la impresora se puede crear piel
de una forma automatizada y estandarizada, con lo que se mejora la
reproducibilidad del proceso y hace posible que se abaraten significativamente
los costes de producción.
3D QUE AYUDA A LA SALUD
La compañía española BQ ha colaborado con sus
impresoras 3D en otros proyectos con objetivos médicos, y de hecho, gracias a
la impresión tridimensional, Isaac, un joven de Uganda, pudo volver a usar su
mano recientemente.
En concreto, la ONG África Directo se interesó por
esta tecnología, pues era barata y útil, y construyó un colegio para niños en
Uganda con discapacidades físicas.
Los voluntarios recorren las aldeas para buscar a
pequeños a los que escolarizar y ayudarles, entre los chicos que han conocido,
está Isaac.
Nos dimos cuenta de que Isaac, por el tipo de
malformación congénita que tiene, era perfecto para probar la mano que
queríamos desarrollar, cuentan desde la ONG.
Así, con una
impresora 3D Witbox de Bq y después de tres o cuatro
intentos, consiguieron la prótesis que hoy utiliza
el joven: una mano funcional.
Las impresoras de la compañía española también se
emplean en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde se imprimen réplicas de corazones con
cardiopatía congénita severa en 3D para preparar las intervenciones
quirúrgicas con más precisión.
Donde más impacto está teniendo el uso de esta
tecnología es en cardiología infantil, especialmente desde que empezamos a
utilizar filamentos flexibles para imprimir las réplicas de los
corazones, explican desde el hospital.
Estas réplicas en 3D se generan a
partir de imágenes de TAC y resonancia magnética por lo que recrean a la
perfección los órganos.
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